Espléndido óleo sobre tabla de madera, en un marco de madera tallada y dorada. El cuadro representa a Mercurio, el mensajero de los dioses, flotando sobre el templo de Vesta en Tívoli. En el centro de la composición, Mercurio está retratado según la iconografía clásica: lleva sandalias aladas y un casco adornado con plumas, elementos que simbolizan su rapidez y su papel de mensajero divino. Su figura, dinámica y esbelta, se sitúa en un cielo azul que se difumina suavemente hacia tonos más claros, creando una sensación de ligereza y movimiento. Abajo, el templo circular de Vesta se alza majestuosamente, evocando la arquitectura romana clásica e integrándose armoniosamente en el paisaje circundante. Junto a él, un árbol contribuye a dar profundidad a la obra, mientras que un delicado juego de luces y sombras enriquece el contexto. Uno de los rasgos distintivos de la pintura es la presencia de cinco figuras femeninas, identificadas como dos sirvientas y las tres hijas de Cécrope, que observan atentamente la llegada de Mercurio y tienen en el suelo una cesta, donde está presente Erictonio, niño sin madre del que se harán cargo las tres hijas de Cécrope (Ovidio, Metamorfosis, Libro II, vv. 553-564). Cada figura se caracteriza por una cuidada atención al detalle en los trajes y las expresiones, destacando el importante papel que desempeñan en la escena. La calidad pictórica es excepcional: las pinceladas fluidas y los colores vivos crean una iluminación vibrante, dando vida y realismo a los detalles del paisaje y de las figuras. Además, la pintura ha sido panelada en el reverso, lo que garantiza una mayor estabilidad con el tiempo y preserva su integridad. La obra captura la esencia del mito y la maestría de la Escuela Romana del período neoclásico, típica de finales del siglo XVIII. Medidas: H x L x P totales 59 x 38 x 2,5 cm; H x L solo obra 54,5 x 34 cm